
16 Mar Aprende a Aceptarte
Siempre escuchamos sobre la importancia de quererte y aceptarte tal cual eres.
Y desde esta perspectiva, resulta muy sencillo aprender a aceptar y amar eso que más nos gusta sobre nosotros mismos, las cualidades que nos hacen destacar y que adornan nuestra existencia;
Pero lo que más necesitas aceptar es precisamente eso que rechazas y que quieres que desaparezca de tu vida.
Porque no hay luz sin sombras y no hay día sin noche, no eres tú sin tus virtudes y “defectos”.
Ese es el verdadero trabajo cuando estás aprendiendo a aceptarte.
La dualidad
En el taoísmo la dualidad es inherente al universo entero.
Se sabe que existen dos fuerzas fundamentales, de carácter opuesto pero complementario que subyacen en todo. Nada puede existir sin que conviva dentro de si estas dos energías en constante movimiento y transformación.
En esta filosofía se habla del yin y del yang. Estas energías son ínter – depedientes, es decir, no existen la una sin la otra; una puede convertirse en la otra y una existe dentro de la otra.
De este modo, la noche se convierte en día, la día en la noche y la una no existe sin la otra.
Si siempre viviésemos en plena luz, ¿cómo distinguiríamos que es luz? el contraste con la oscuridad es lo que nos hace apreciarla.
Los seres humanos no escapamos de esta dualidad. Dentro de nosotros habitan muchas fuerzas que se oponen, se complementan y están en constante movimiento.
No hablamos de una dualidad entre virtudes y defectos, porque no existen esos absolutos; siempre hay un poco de ambas energías en cada aspecto y su apreciación depende de la moral de cada quien.
La conciencia de ser unos individuos integrales pasa primero por la aceptación de esos aspectos que solemos llamar defectos pero que en realidad son áreas de mejora.
Así como un dolor súbito nos alerta de que algo va mal en el organismo, esos ‘defectos’ son las voces que nos indican exactamente lo que debes trabajar. Y, para poder transmutar eso que no te agrada de tu personalidad o de tu vida, el primer paso es aceptarlo.
Aceptar de verdad
Nos pasamos la vida luchando contra el enemigo, esos defectos, ese aspecto oscuro de la personalidad que no queremos, lo disfrazamos, le ponemos máscaras, lo odiamos y queremos desaparecerlo; pero sigue regresando, cada vez más fuerte.
Lo que necesitamos comprender es que al intentar reprimir cualquier aspecto, se le otorga mucha más fuerza porque necesita atención, en la medida en que es algo que debe revisarse para poder ser transformado.
En este caso, la aceptación es el único camino.
Aceptar es terminar de integrar a tu conciencia ese aspecto que intentabas esconder, entender qué misión está cumpliendo, qué es lo que intenta decirte y de qué forma es parte de eso que eres en el momento.
No se trata de resignarte a ser así todo el tiempo, sino entender que eres de ese modo porque estás intentando lograr algo de forma inconsciente (o consciente).
Al integrar a tu personalidad y conciencia ese aspecto de ti mismo puedes alcanzar la verdadera madurez emocional, ya no estás huyendo de eso que eres, ya no tienes necesidad de máscaras o disfraces, sino que estás aprendiendo a ser tú mismo.
Tienes la libertad de escoger, de ser quien desees ser y a actuar con coherencia y honestidad.
Allí es donde reside la verdadera fortaleza del espíritu; en aceptar y reconocer el poder para cambiar las circunstancias.