31 Jul Un testimonio con los Cristales Atlantes
Mi nombre es Laura y soy una bailarina.
Es maravilloso que tu verdadera pasión sea también tu trabajo; aún más cuando eres perfeccionista y dedicada.
Modestia aparte, sé que soy una de las mejores bailarinas de la región y pongo un pedazo de mi alma en cada espectáculo que hago; sin embargo, esto no parece ser suficiente.
Los problemas económicos me agobian y no importa cuántas contrataciones me hagan, siempre parece que no tengo suficiente para cubrir todos mis gastos.
Decidí probar la terapia de sanación con los cristales atlantes porque francamente, ya no tenía más que perder, ya peor no me podía ir con el tema del dinero.
Y como todo en la vida, siempre hay posibilidad de cambio para peor o para mejor; y en este caso todo comenzó a empeorar.
AL día siguiente de hacer la primera sesión comenzaron a cancelarme todo los shows y contratos que tenía planeados los próximos meses.
Aunque a todas luces parecía una situación desesperada, una parte de mi se sentía incapaz de angustiarse o entregarme a la desesperación como lo habría hecho unos meses atrás.
Sólo podía sentir esta imperiosa necesidad de estudiar con cautela mi situación, de hacer un viaje introspectivo.
Una vez que me libré de todos esos contratos, comencé a pensar en las condiciones en las que los había aceptado y todos tenían algo en común: no me agradaban mucho, no eran lo que soñaba como bailarina; pero los cogí porque sentía que no iba a conseguir otros y necesitaba el dinero.
Cada contrato aceptado estaba marcado por la energía de la falta, de la miseria y cada uno estaba restando el valor a mi trabajo como bailarina.
Y cuando se trata de mi arte, de mi pasión, no puedo regatear ni conformarme.
Sigo con mis sesiones de terapia de sanación con cristales atlantes y desde que he reconocido el verdadero valor de mi trabajo, de lo que hago, y lo honro aceptando sólo aquellos contratos que están a la altura, son dignos y representan un paso en mi carrera; el dinero ha dejado de ser un problema